Nathalia Benavides, pionera del blind tennis en Colombia

Nathalia Benavides, pionera del blind tennis en Colombia

Fueron sólo cinco minutos los que le dio el juez a Nathalia Benavides para decidir si continuaba o no con el partido de tenis que estaba ganando. El triunfo la acercaba a la disputa por la medalla de oro de su categoría en los Juegos Mundiales de la International Blind Sports Federation, IBSA, o Federación Internacional de Deportes para Ciegos. Sin embargo, en los instantes previos, un fuerte dolor en su tendón de Aquiles la hizo desplomarse en la cancha.

Ella era la líder de un grupo de deportistas colombianos con baja visión que había llegado a Inglaterra, en junio de este año, a competir en estas justas después de muchos esfuerzos. Hoy, es una de las aspirantes al galardón que otorgará el Distrito en la 14° Gala de exaltación de personas con discapacidad, sus familiares y personas cuidadoras de personas con discapacidad, en la categoría ´Inclusión en procesos deportivos y recreativos´, en ceremonia que se realizará el próximo 2 de diciembre.

Ese instante en la cancha fue como si la vida le preguntara por segunda vez si quería avanzar a pesar de las adversidades, como aquella que enfrentó en 2004, cuando empezó a notar que sus reflejos no eran los mismos. En esos días, cuando estaba adelantando sus estudios de comunicación social y periodismo, recibió la noticia de que estos síntomas se debían a una retinosis pigmentaria, una patología que afecta la visión lateral; es decir, que sólo puede ver como si estuviera en un túnel.

“Tuve que pasar por varios procesos de rehabilitación para aceptar esta realidad y darme cuenta de que era como un regalo, porque esta nueva forma de ver se asemeja a la mirada que me enfoca a mis objetivos”, aseguró Nathalia, quien debió dejar atrás la práctica del tenis convencional, al que se dedicaba desde niña en torneos infantiles, intercolegiados y nacionales.

En su búsqueda de disciplinas deportivas para practicar, llegó a los bolos. “Fue la carta de presentación para conocer a la población ciega, sacudirme las rodillas, secarme las lágrimas y retarme a ser como otras personas de baja visión que se destacaban en el deporte. En esta disciplina estuve cuatro años compitiendo y viajando”, expresó.

No obstante, como su amor por el tenis seguía latente, se hizo una pregunta: ¿Es posible que una persona ciega pueda practicar este deporte? “Busqué las respuestas en Internet y, para mi sorpresa, me di cuenta de que hace cuarenta años se creó el blind tennis en Japón, y que 23 países lo practican a nivel mundial”.

En su primer viaje internacional como seguidora de esta disciplina, llegó a España en junio de 2019. Allí, tuvo un acercamiento a la realidad de este deporte. “Conocí la pelota que se usa, las reglas, las canchas y la demarcación. Yo no tenía idea de cómo iba a iniciar esto en Colombia, pero era más fuerte el amor por las personas ciegas”, indicó Benavides. Su nueva meta era hacer parte de la Federación Internacional de Tenis para Ciegos y, para ello, debía reunir evidencias de lo que quería hacer en Colombia.

“Empezamos por tratar de enamorar a las personas, aunque a algunas les parecía chistoso el tenis para ciegos; luego, nos dedicamos a comprar materiales como la pelota sonora, que tocaba traerla de Japón a un costo de 100 mil pesos cada una”, describió. Y lo que en un principio parecía una utopía, se transformó en una oportunidad de emprendimiento. “Empezamos a estudiar la pelota a conciencia para hacer un producto de calidad, con todas las características técnicas y con los materiales que la conforman. Fue algo maravilloso, ahí demostramos lo recursivos y apasionados que somos”.

Esta pasión es la que ha inspirado a Nathalia para desafiar los obstáculos, tal como tuvo que hacerlo en aquel partido decisivo de los mundiales de Inglaterra. Ese día, antes de cumplirse el plazo de cinco minutos del juez, decidió continuar disputando el encuentro, con el riesgo de agravar su lesión en el tendón de Aquiles. “Me faltaban dos juegos para ganar ese partido, pero me puse una media en el talón; seguí jugando en una pierna pero logré ganar. Al final, terminé el torneo con una medalla de plata”, relató la deportista.

De lo que puede estar segura Nathalia es de que ha ganado la medalla de oro por su trabajo a favor de los tenistas con baja visión en la capital. No superan aún los veinte integrantes, pero ya son como una familia; además, no ahorra esfuerzos para que el blind tennis se institucionalice en el país.

En este sentido, considera valioso que el Distrito visibilice disciplinas menos conocidas por el público como la suya. “Estoy muy agradecida con la Secretaría Técnica de Discapacidad y su coordinadora, Lucía Lozada, y con su equipo; por los escenarios que nos ayudaron a gestionar para nuestros entrenamientos antes de los mundiales en Inglaterra y Polonia; y porque, además, tenemos la puerta abierta para seguir practicando en ellos”, concluyó.

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06/12/2023